FERNANDO Manuel del Toro Plaza (1965, Sevilla), escultor, con estudio en Tomares, en la calle Maestra Lucrecia Alfaro, número 2. El historiador Manuel Silva Suárez, ha escrito de Fernando del Toro: "A los 14 años ingresó en la escuela de FP Hogar de San Fernando, obteniendo en 1985 la titulación de maestro industrial en la rama de electricidad. En el transcurso de sus estudios no abandona en ningún momento el mundo artístico, leyendo y aprendiendo técnicas de pintura y escultura de forma autodidacta. Desde 1981 a 1984, mientras los termina, trabaja por las tardes como tallista de piedra en el taller de su tío Emilio Gómez. Al año siguiente abre su propio estudio como tallista de piedra y mármol. En 1988 ingresa en la plantilla de Orfebrería Villarreal, compaginando su dedicación a este taller con la del mármol durante cuatro años. En la orfebrería su actividad se centra en el diseño y la realización de modelos de figuras y de grandes ornamentaciones, por lo que sujetas a la mencionada firma hay multitud de obras suyas diseminadas por toda España".
Ha realizado varias exposiciones en 1989, en 1990 y en 2006 trabajando tanto el barro como la madera, el mármol, el bronce o el marfil. En 2006 decide dedicarse de forma exclusiva y autónoma a la escultura y restauración. Durante su estancia en la plantilla de Orfebrería Villarreal participa en restauraciones relevantes, como son la custodia procesional de la Hermandad Sacramental de Pasión de Sevilla (finales del s. XVlIl), las puertas de la sacristía de la Capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral hispalense (s. XVIl), el facistol del coro del Monasterio de Guadalupe (Cáceres) (s. XVIl), o la custodia procesional de la Parroquia de San Pablo de Aznalcázar (Sevilla) (s. XVlIl).
En el ámbito de la escultura e imaginería, realizadas bajo su propia firma, tiene numerosas obras de restauración. Con frecuencia trabaja para la Semana Santa de Almería, ejecutando encargos diversos y destacando como investigador del patrimonio artístico de su Semana Santa. Una de sus últimas actuaciones ha sido la restauración de la terracota realizada por Antonio Susillo durante su estancia en Roma en 1885.
Con los caballeros que "habitan plazas ponferradinas" como punto de partida, el esfuerzo en la materialización de los templarios se ha centrado en general en hacer una trascripción fidedigna de datos disponibles sobre su indumentaria, dotándolos de físicos corpulentos.
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